Después de leer una, dos, mil veces
tu tacto en los renglones,
la letra despanzurrada
que descifro o presiento
o adivino
he pensado
cuidadosamente
amorosamente
clamorosamente
rescatar mi soledad
de los barrotes cotidianos
de lágrimas y nostalgias
y disimulo
con que me condeno los sueños
y decirte que
es preciso, casi indispensable
te diría
que echemos a rodar
por fin
la revolución programada
en mesas de café,
hoteles, colectivos,
veredas, otoños,
plazas o sobremesas
sin concertaciones previas
y sin preavisos.
Creo conveniente ya
comenzar la revuelta
a puro golpe de bombo
y poesía
ante
los curiosos
los distraídos
los despistados
los que pasan por casualidad
los invitados especiales
los que sacan a pasear el perro
los colados
los que piensan que
los que no piensan ni en qué
los horrorizados
los desprevenidos
pero más que nada
y sobre todo
ante todas aquellas personas
de buena voluntad
de mala voluntad
o sin voluntad;
y proclamar en insólenme
acto callejero
nuestra indeclinable decisión
de vivir, vivirnos
juntos.
Propongo para ello
tomar por asalto a la Cruz del Sur,
hacerle pito catalán a los que no creen
y, amotinados
detrás de una gaviota,
declarar abierta la vida
en una primera sesión de sueños.
Acusando recibo de tu Amor
y tu libertad,
me emancipo en rúbrica
certificada al pie
por escribano anónimo
rogándote
en tu carácter de letrado
patrocinante de mi sangre,
presentar nuestro caso
ante la injusticia
para lograr
que firmen de conformidad
los revolucionarios del mundo.
Liliana Venanzi - Caleta Olivia - Santa Cruz
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