Artesana de los sueños hilvanados en las albas, artesana de las manos de siglos y de distancias.
Artesana de los cobres, de la madera liviana, artesana de la arcilla, de la plata y de la lana.
Artesana silenciosa, forjadora de una raza.
Artesana de mi tierra, de esta Santa Cruz amada, sin saber, tú vas tejiendo todo el dolor de una raza.
¿De qué perfil estás hecha? ¿De qué soledad lejana? ¿De qué madera? ¿Qué ríos se desatan en tu alma cuando en silencio, sin prisa, arañita de mi lana, tejes el tul de los pobres, el poncho de la esperanza?
Artesana silenciosa, forjadora de una raza.
Flora Rodríguez Lofredo