Allá en la limpia coyuntura
de los cerros, el lago y el arroyo
brota tu alameda verde y plata
entre médanos cambiantes
y esas rocas
que sólo el glaciar arrastró impávido
en su regreso del mar
a la montaña.
Con el ronco temblar del cataclismo
nació el solar donde crece tu futuro.
Cuando sea tu niñez, fruto maduro
serás, El Calafate, por tí mismo
y por ese lago verde y bosque puro
nuestra dorada Meca del Turismo.
EL CALAFATE, Enero de 1978.-
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