Cae la nieve
cubriendo
de silencio
los gritos de la tierra
que fecunda.
Cae la nieve
ahogando
ideales
de un pueblo
condenado
a la chatura.
Cae la nieve
y entumece
las manos
que no logran
modelar la herramienta
que corte ataduras.
Cae la nieve
silenciosa,
sin prisa,
nublando la visión
y, sin destino
uno tras otro
sus copos se acumulan.
Cae…
y se queda allí…
quieta y segura,
sin saber que,
debajo
la esperanza
emergerá cálida,
altiva,
derritiendo
su efímera blancura.
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